El fin de semana pasado, la Familia Plopp fue de viaje a una cabaña. Era un hermoso día de invierno en noviembre.

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Llenaron el coche con comida y el equipamiento. Llevaron esquís y ropa de invierno.

Condujeron un buen trecho. La cabaña estaba en la montaña.

Era tan hermoso allí. Mamá Plopp abrió la puerta con la llave, y entraron al pasillo.

Allí se quitaron las chaquetas y los zapatos.

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Colgaron las chaquetas en el perchero y dejaron los zapatos en el suelo.

Luego siguieron hacia la sala de estar.

La sala tenía una chimenea y un cómodo sofá. Había una mesa junto a la ventana.

Alrededor de la mesa había cuatro sillas. En la pared colgaba un hermoso cuadro. Había una lámpara colgando del techo.

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Los padres esquiaron. Los niños jugaban en la nieve.

Hicieron un muñeco de nieve y se deslizaron en trineos.

 

Estuvieron afuera hasta que oscureció. Luego regresaron adentro.

Encendieron velas y prendieron fuego en la chimenea. Por la noche, jugaron juegos de mesa.

Bebieron chocolate caliente y comieron bollos.

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       A las diez comenzaron a sentirse cansados. Se fueron a dormir.

Al día siguiente se despertaron temprano. Estuvieron un rato en la terraza disfrutando del sol.

Bebieron varias tazas de café mientras leían algunas revistas viejas.